Por primera ocasión en muchos años, La Poza de Todos Santos está casi llena, pero de agua salada, una situación nunca antes registrada y resultado de la incursión del mar provocada a su vez por la destrucción de las dunas que eran una barrera natural con el océano, durante la construcción de un hotel.
Hasta hace unos meses, este cuerpo de agua dulce estaba prácticamente seco, debido a que tierras arriba, un número indeterminado de particulares están usando el vital líquido para regar huertas y viveros, y en otros casos con fines inmobiliarios.
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