El 9 de noviembre de 1945 entró en vigor el Tratado de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos, que había sido firmado en febrero del año anterior, a partir del cual se estableció la distribución del agua de los ríos Bravo, Colorado y Tijuana.
La relación fronteriza entre Estados Unidos y México ha fomentado entre los países lazos económicos, sociales y políticos, lo que en muchas ocasiones genera conflictos de intereses entre ambas naciones. Una de sus principales problemáticas ha sido la definición de las fronteras y las decisiones acerca del agua de los ríos internacionales.
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