A Liliana Mendoza con frecuencia le falta el agua en su casa. Como la mayor parte de los habitantes de la Delegación Iztapalapa, sabe que tiene que aprovechar los días en que hay agua en la llave y aprovisionarse para los días que no caiga gota. Se ha acostumbrado a vivir así, asegura, a pesar de que le cuesta más comprar pipas de líquido potable que el monto en su recibo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (CDMX).
Por décadas, políticos locales y federales, académicos y activistas han advertido del grave problema hídrico que vive la capital del país, y que impacta más gravemente a la zona oriente, donde se ubica Iztapalapa.
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