La instalación de la industria automotriz en zonas rurales del estado de Puebla, como es el caso de Audi y Volkswagen, ha generado escasez de agua en comunidades del entorno a las armadoras y acabó con las ciénegas de San Francisco Ocotlán, mientras la laguna de Santa Cruz en el municipio de Nopalucan reporta el nivel más bajo en su historia.
Esto se debe a que para ensamblar un automóvil se utiliza medio y hasta un millón de litros de agua, informó el investigador de la Facultad de Economía de la UNAM e integrante de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA), Andrés Barreda Marín, durante una visita a Puebla.
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